LA PRIMERA FÁBRICA DE PAPEL MOTRILEÑA EN EL SIGLO XVII

 

                                                                        Manuel Domínguez García

                                                                    Public. Rev. El Faro. Motril, 4, junio, 2017

 

Durante el siglo XVII, el papel se convierte en una materia imprescindi­ble en la administración de Ayuntamientos, Chancillerías, escribanías, instituciones eclesiásticas, así como en imprentas y librerías cuya abundancia o carencia determinaba la declinación o la prosperidad del negocio de im­presores y libreros.

Es también un medio imprescindible en las relaciones administrativas de la vida privada ya que toda persona se ve forzosamente abocada a utilizar el papel para cualquier tipo de gestión o trato con la administración. El po­der de la palabra escrita era muy grande, porque estaba relacionada con el legalismo formal, que es la característica de la época.

Además, en este periodo, el papel se convierte en protagonista de la vida cotidiana como elemento auxiliar de droguerías, mercerías y especierías, pa­ra servir de envoltorio o, simplemente, de soporte de alfileres, botones, pa­samanería y mucho más en Motril, donde los pilones de azúcar refinada se envolvían con papel de estraza para ser vendidos.

La primera vez que tenemos datos de la construcción de un molino de papel en nuestra ciudad es en 1633, cuando Ana Gutiérrez de Contreras, viuda de Alonso de Contreras, uno de los personajes más ricos de Motril, decide convertir un molino de harina en una manufactura de papel.

En 16 de mayo de 1629 el Concejo municipal le había dado licencia para construir un molino de pan de aceña en una tierra de su propiedad en el pago de la Acequia Chica por encima de la cañada de Ureña, situada cercana a la rambla de la Brujas y próxima al camino de Salobreña[1]. La rueda motora de la aceña se colocaría vertical en el cauce de la acequia principal. La fuerza de la corriente hacía girar esa rueda, que mediante un eje horizontal movía el molino propiamente dicho. Doña Ana se comprometía por su parte a sufragar todos los daños que pudiesen ocurrir en la acequia.

Parece que la corriente no debía ser suficiente para mover la rueda y hubo que desviar la acequia, haciendo un cauce nuevo. Doña Ana le decía al Concejo que tenía un haza de 60 marjales en la Cañada de Lezcano junto a la acequia principal. La acequia daba vuelta a un cerro bastante grande por la cabezada de dicha haza y le proponía a la Concejo hacer un cauce nuevo de la acequia de 90 varas de longitud[2] atravesando y minando el monte, el costo la obra de modificar el trazado antiguo de la acequia en la zona fue de 2.242 reales, que fueron pagados por la propietaria al maestro de obras portugués residente en la población, Domingo Martín[3]. En compensación el Ayuntamiento le donó los bordes y el terreno alto de la acequia antigua por un total de tres marjales de tierra para hacer un camino[4].

1 Testimonio del acuerdo del Concejo concediendo licencia a Ana de

 Contreras para construir un molino de pan. 1629 (Archivo Historíco Nobleza)

En este momento de produjo la contradicción de la Diputación de Aguas de la Motril que tenía, desde las ordenanzas de 1561 aprobadas por Felipe II, asignado el control de los regadíos y el mantenimiento del sistema de acequias[5]. Los diputados argumentaban que, dedicando agua de la acequia al molino, faltaría para los regadíos. Ante esta protesta el Concejo suspendió la obra del molino hasta que la Chancillería de Granada no confirmase la legalidad de la licencia otorgada por el Concejo, como así lo hizo a fines de ese año de 1629. Pero la construcción, a pesar que ya se tenían ejecutadas las zanjas y los cimientos, no se pudo continuar hasta que el tribunal granadino otorgó su definitiva licencia en 1631[6].

 


                            2 Ejecutoria concediendo licencia a Ana de Contreras para construir un

                                                 molino. 1631 (Archivo Historíco Nobleza)

 

En 1633 doña Ana pedía una nueva licencia al Concejo, decía que tenía construido un molino de pan de una parada, pero que quería reconvertirlo en molino de papel de estraza, por la gran necesidad que había en la villa. Solicitaba del Concejo que se nombrasen comisarios para ver si realmente se podría hacer la nueva obra. En el cabildo de 28 de mayo se nombraron como comisarios a los regidores Juan de Segura y Andrés de Espinar, que visitaron el molino e informaron al Ayuntamiento, opinando que “cerrando una puerta que corresponde por dentro de la casa a la rueda que era el sitio donde moler las pilas de molino de papel y construyendo por dentro de la casa un canal que desaguara en la cañada de Alonso de Ureña que estaba por bajo de la acequia, no veían ningún inconveniente”. Con este parecer de los comisarios, el Concejo otorgó la licencia para la construcción inmediata de la solicitada fábrica de papel[7].

 

                                  3 El edificio del molino aún se conservaba en el siglo XVIII

 

De nuevo la Diputación de Aguas puso recurso a la autorización municipal, arguyendo en esta ocasión, que el papel se fabricaba en muchos casos con trapos que se desechaban de los hospitales y otras personas que habían estado enfermas, con lo que el agua de la acequia, que era la que usaban los vecinos para beber, se contaminaría y se infestarían numerosas personas, produciéndose muchas enfermedades. Pedía, la Diputación, que no se le concediese el permiso para hacer el molino de papel ni que “se mudase o innovase la acequia de cómo estaba para moler pan que era lo que Ana de Contreras tenía licencia”[8].

De nuevo el Ayuntamiento paralizó la obra, pero al final demostrado que el molino de papel no sería dañoso para los vecinos ni para la acequia, resolvió primero por decreto de 29 de marzo y finalmente por el de 21 de abril de 1634, que se mantuviese la autorización otorgada el año anterior y no se siguiera el pleito contra doña Ana[9].

 

                                                 4 Aún existía el molino a fines del siglo XIX

 

La Diputación de Aguas recurrió ante la Chancillería de Granada, pero al final el pleito se resolvió a favor de Ana de Contreras, dándosele en septiembre licencia definitiva por el tribunal para que pudiese seguir la obra del molino de papel tan como se había proyectado con doce pilas donde se depositaban los trapos con agua y se dejaban fermentar durante cinco o seis semanas y dos ruedas hidráulicas verticales para mover los mazos que majaban los trapos fermentados. La pasta obtenida se procesaba posteriormente hasta obtener el papel[10].

No le seria muy rentable este molino de papel, porque de nuevo el 18 de mayo de 1637, doña Ana solicitaba que el Concejo le permitiese pedir a la Corona licencia para convertir el molino de papel que había construido en la acequia en un molino de rodete para moler pan. El cabildo comisionó a los regidores Francisco de la Fuente, Juan de Molina Camberos, Juan de Segura y Andrés de Espinar para que hiciesen un informe al respecto y a otro regidor, Gaspar García de Tello, para que solicitara la autorización[11]. Un año después moriría.

El molino perteneció posteriormente a los señores de Algarinejo herederos del mayorazgo que habían fundado Alonso y Ana Contreras en 1622. A mediados del siglo XVIII ya no lo poseían pero el edificio se conservaba y aún molía; siguió usándose hasta finales del siglo XIX y principios del XX.



[1] Archivo Histórico de la Nobleza (AHN). Luque. C.535.D.15.

[2] Testamento de Ana de Contreras. 1638. AHN. Luque. C.520. D.3 y AHN. Luque. C.701.D.3.

[3] Carta de pago y finiquito otorgada por Domingo Martín, albañil, por la obra de mudar la acequia principal. AHN. Luque. C. 535. D.16.

[4] Escritura de donación otorgada por el Concejo de Motril a Ana de Contreras de unas tierras por la obra de mejora de la acequia principal. AHN. C.701. D.3.

[5] Vid. Domínguez García, M.:”La acequia de riegos de Motril y la Ordenanzas de 1561”, en El agua en zonas áridas. Arqueología e Historia. Almería, 1989, págs. 951-968

[6] Real Provisión dando licencia a Ana de Contreras para la continuación de la construcción de un molino de pan.1631. AHN. Luque. C.535. D.4.

[7] AHN. Luque. C.535.D.18.

[8] Ibídem.

[9] ANH. Luque. C.535.D.17.

[10] AHN. Luque. C.535.D.18.

[11] Archivo Municipal de Motril. Libro de Actas Capitulares nº 10, cabildo 18/5/1637.

 

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